El uso de toxina botulínica ha revolucionado el manejo del envejecimiento facial. Consiste en la infiltración de toxina botulínica en los músculos de la expresión facial, lo que produce una parálisis temporal de la musculatura facial que se quiera tratar. Esta parálisis intencional de la musculatura facial evita que los movimientos diarios de gesticulación facial formen las arrugas. Este efecto ofrece un resultado de rejuvenecimiento facial sin cirugía, dura alrededor de 5 meses y debe ser reaplicado para continuar con el beneficio. Si en algún momento el o la paciente no desea seguir utilizándolo, su funcionalidad muscular facial regresará a la normalidad.